En mi libro Muñeca invisible narro parte de mi historia. Lo que, para mi desgracia, me tocó vivir y que muchos familiares desconocen. No pediré disculpas por lo relatado, aun sabiendo el daño que pueda causar. Esta es la realidad y no he sido yo quien ha actuado mal, ni quien tiene que sentir vergüenza.
La verdad duele, pero más duele tener que callar y fingir que todo está bien. Vivir ahogada en una mentira también rompe el alma.