“Nubes de relatos 1” recoge los trabajos de trece escritores participantes en el taller literario de Escritura entre las nubes

El volumen se presentará el viernes 14 de diciembre en la Casa Articulada de Santa Cruz de Tenerife


Ana Navarro, Mercedes Méndez Fuentes, Conchi Borges, Luz Elba Reyes García, Rosario Rodríguez González, María de la Santa Cruz y Salamanca, Marta Diez, Nieves Rodríguez Rivero, Esmeralda Borges Pérez, Ana Robles, Maite Pérez-Lozao Macías, Lucía Gopal son las participantes junto con el único participante masculino, Francisco Morales Domínguez, en el volumen Nubes de relatos, un libro nacido en el taller literario de Escritura entre las nubes, que imparte Elena Morales los viernes alternos en la Casa articulada de Santa Cruz de Tenerife. Precisamente, en este centro, en la Casa Articulada, radicada en la avenida Islas Canarias, 48 de Santa Cruz de Tenerife, tendrá lugar la presentación de la obra, el viernes 14 de diciembre, a las 19:00 horas, en el transcurso de una fiesta literaria donde habrá tiempo para la charla, entre copas y deliciosos canapés.

Las formas de las nubes son cambiantes, variadas, escurridizas. Así son también los relatos de este libro. Trece nubes (o trece relatos) de distintos colores, matices, vibraciones, tonalidades y aromas. Todas ellas se desplazan por sus páginas para lanzarnos su estrepitosa lluvia de palabras.



 Así, Ana Navarro nos regala su talento y audacia a través de una historia sobre mujeres y familia. Con un estilo pulcro, directo y sin rodeos, mantiene de principio a fin el pulso narrativo desde la voz de una adolescente ya convertida en adulta que nos cuenta la historia de sus travesuras, fruto de la necesidad de sobrevivir en una sociedad patriarcal e injusta. Su personaje, esa pequeña heroína, podría configurarse como un Tom Sawyer femenino moderno.

En su «Manual para mujeres jubiladas», Mercedes Méndez Fuentes emula en cierto modo al «Manual para señoras de la limpieza», de Lucia Berlin, a quien hace un guiño y rinde homenaje. Con una aguda ironía y un ritmo trepidante como el de la propia vida de la narradora, Mercedes Méndez inicia el relato contando cómo es la vida en estos momentos de quien escribe, y de la mayoría de sus amigas con quienes toma lecciones anticipadas, para luego expresar sus profundos deseos de ser por fin jubilada; momento en el que se explaya con una retahíla impresionante de actividades y consejos. Sin duda, lo mejor de la vida comienza a partir de los sesenta y cinco, parece querer expresar la autora con una sonrisa, bastante contagiosa, por cierto. Francisco Morales Domínguez saca partido de la magia e ironía, mientras, con aplomo y humor, logra trazar una analogía entre los ídolos del pasado y del presente. «Cristiano» es un cuento simbólico, que trata de imitar casi la estructura de una parábola, aunque en este caso su fin no es en ningún modo didáctico, sino, más bien, lúdico y paródico.

Concha Borges Pérez se vale del género epistolar para rendir homenaje a seres queridos del pasado que marcaron su vida. Así, en primer lugar, evoca a su maestra, de ahí el título «Educadora», pero también, a lo largo de este recorrido por la enseñanza de otros tiempos, recuerda a su amigo Nano; todo ello con un lenguaje sencillo y cotidiano, en un texto colmado de sentimientos y emociones.

Luz Elba Reyes presenta aquí un relato de su colección inédita titulada Tras la ventana. Sumergido totalmente en la cotidianidad social de nuestros días, en los que sigue dando coletazos la reciente crisis económica sufrida en nuestro país, «El anciano y la ventana» rezuma ternura y emociones contenidas, sin esconder cierto sentido crítico y constructivo.

En «El recuerdo a la deriva», Rosario Rodríguez González une con maestría las emociones que sienten con intensidad sus personajes, con el tiempo atmosférico y el paisaje que les circunda. De este modo, la tormenta psicológica (o interna) y la tormenta real de nubes, rayos y truenos (externa), que nos describe con detalle, intensifican una trama tejida con meticulosidad, ternura y delicadeza y envuelta en cierto onirismo. Escrito en tercera persona por un narrador omnisciente, que nos desvela los pensamientos más íntimos de la protagonista, un recurso que combina, en muy pequeñas dosis, con el fluir de la consciencia, en este relato también hay cabida para la intertextualidad, con esa rotunda y acertada referencia a Juan Ramón Jiménez, tanto a aspectos de su biografía como a su obra cumbre, Platero y yo.

María de la Santa Cruz y Salamanca enlaza dos historias con tramas análogas en «El sobre y la serpiente». La primera (más corta) sirve de preámbulo, cita, sobreaviso o microrrelato introductorio de la segunda, una narración sobre la vida laboral en las actuales empresas españolas con la que es fácil identificarse, debido a su gran parecido con la realidad. Escrito en primera persona con una voz muy cercana, directa y sin artificios, el relato atrapará fácilmente al lector.

Marta Diez nos trae el sobrecogedor relato de una confesión arrebatada por parte de una mujer que abre su corazón y su mente en el transcurso de su suave despertar. «En coma» es una narración dura, pero llena de luz, es una historia de reconciliación de la protagonista consigo misma; de reconciliación, también, con la vida.

Más amable y de calado poético es «La casa sin maresía», de Esmeralda Borges Pérez, la crónica de una vida, narrada con una voz que rezuma autenticidad y destreza, con ese uso intercalado o intermitente (pero no homogéneo) de la primera y la segunda persona, mientras se vale de un uso sagaz de diversos recursos expresivos —como la personificación del viento, al que imaginamos jugando como un hermano más—, así como de un lenguaje cercano donde no faltan canarismos colmados de belleza, como la maresía, que ya aparece en el título y que no es otra cosa sino el «aire cargado de humedad marina en las zonas cercanas a la orilla del mar», o el «olor a mar que se percibe en tierra hasta cierta distancia de la orilla». La protagonista, alterego de la autora, plasma en estas páginas jugosos pensamientos y reflexiones: «Somos vida y muerte a la vez», asegura.

Con un tono periodístico y documental, Ana Robles nos acerca a la realidad de una mujer embarazada que ha perdido la custodia de sus dos primeros hijos debido a su adicción a las drogas. Ella lleva ya un año sin consumir, por lo que una luz de esperanza ilumina la historia. Sin embargo, su estructura, que parece querer avanzar hacia el futuro, da un repentino giro y nos devuelve a la infancia de la protagonista, para situarnos —cara a cara— frente al origen de los problemas de la protagonista; todo ello en una narración que, por momentos, roza lo poético y experimental.

Nieves Rodríguez Rivero, con su especial sensibilidad y su generosidad, nos regala —antes de entregarnos «Father and daughter»—, dos prosas poéticas que sirven como «calentamiento» y preámbulo del relato en sí, aunque, en realidad, se configuran como textos independientes y con identidad propia. La trama del texto principal, tejida entre atinados matices y vibraciones, sorprenderá tanto al lector como a su desconcertada narradora, una adolescente que debe descubrir cómo y por qué elegimos nuestra verdad y cómo nos influyen aquellos a quienes tomamos como ejemplo.

La inspiración para escribir una historia puede aparecer en cualquier lugar, en cualquier momento y a cualquier hora; no hay que viajar lejos para atraparla, solo hay estar atento a todo lo que nos rodea. Maite Pérez-Lozao demuestra, en su lúdico relato titulado «Resaca», disponer de cierta práctica en este terreno. De este modo, su narrador (alterego de la autora), bajo la excusa de salir a la búsqueda de ideas para conformar un relato, caza al vuelo a uno de sus personajes —«un hombre de mediana edad, bien parecido, con gafas de montura plateada y larga sotana sobre gabán de noche»—, mientras describe su habitual recorrido desde su casa hasta su centro de trabajo. Así, crea un texto ficcional nuevo y original, conformado gracias a una mirada atenta que sabe seleccionar lo apropiado entre todo lo que se encuentra en su camino.

Dos realidades paralelas conviven y se fusionan en el imaginativo relato «Te espero en Engraulius», de Lucía Gopal, gracias a esa alcantarilla sin tapa que, como la madriguera del conejo de Alicia en el país de las maravillas, transporta al protagonista a ese extraño y mágico lugar donde los acantilados brillan y las flores cambian de color. Se trata de una historia narrada en tercera persona, pero en la que los diálogos se tornan también imprescindibles al marcar el devenir de la acción.


Trayectorias

Ana Isabel Robles Santos, nacida en León, se traslada por motivos familiares a vivir en Tenerife donde cursa sus estudios universitarios en 1989. Diplomada en Trabajado Social por la Universidad de La Laguna, posteriormente realiza el Experto en Intervención Familiar Sistémica por la Escuela Canaria de Terapia Familiar. Su primera inmersión en la escritura fue a los 14 años cuando comienza a escribir su diario y queda en tercer lugar en un concurso de redacción del colegio a nivel provincial. A partir de los 15 años comienza a escribir poesía y también relatos. En 2011 crea su blog: ana-entretuyyo@blogspot.com donde plasma algunos de sus poemas, intercalándolos con poemas de sus escritor@s favorit@s y también algunos relatos. En la actualidad tiene en preparación el poemario titulado Travesía, que verá la luz próximamente.

Ana Navarro (Santa Cruz de Tenerife, 1975) dejó apartada su prometedora carrera como autora de teatro escolar para continuar sus estudios y licenciarse en Psicología especializándose en la gestión de recursos humanos. Combinando su carrera profesional con la inquietud por la escritura, ha participado en diversos talleres y cursos. A partir de 2016 publica a través de su propio espacio web algunos de sus relatos cortos. Participa en los libros de microrrelatos Perdone que no me calle, Inspiraciones Nocturnas V (Diversidad Literaria) y la VI Selección de textos del premio Manuel J. Peláez. Es ganadora del VII Concurso de Relato Hiperbreve El Sauzal en la categoría adulta. También pueden leerse algunos de sus microrrelatos en las revistas Brevilla y La Sirena Varada 5 ed.

Esmeralda Borges nace en Santa Cruz de Tenerife en 1956. A los pocos días su familia se traslada a un pueblo de pescadores, el Porís de Abona, donde pasa sus primeros cuatro años y al que regresa cada verano. En 1976 participa en El I Congreso de Poesía Canaria. Trabaja como psicóloga clínica para el sistema público de salud durante más de veinticinco años. Actualmente asiste al Taller de escritura creativa que imparte Elena Morales en la Casa Articulada. Después de años sin escribir, ha retomado esta actividad y publica «La casa sin maresía», su primer relato.

Francisco Morales Domínguez (Santa Cruz de Tenerife, 1971) es novelista y guionista cinematográfico además de poeta. Dejó sus estudios de empresariales en la Universidad de La Laguna para dedicarse principalmente al cine. Ha realizado media docena de cortometrajes, entre los que destacan El reloj y El hotel en los que ejerció como director, guionista, actor y productor. Ha publicado, entre otras, las siguientes obras de narrativa: El acantilado, novela donde rinde homenaje a las películas de Alfred Hitchcock y nos invita a participar en una entretenida historia de amor y amistad; Un relato para las damas y un relato para los caballeros, que nos introduce en un dilema y nos pregunta qué hacer cuando un asesinato se interpone en una relación, poniéndola a prueba; Cuentos para renovarse, en la que invita al lector a reflexionar en tiempos de crisis ante una sociedad caótica; y Cuentos y encuentros, que gira en torno a relaciones de amor y amistad. Asiste desde septiembre de 2015 al taller literario de Escritura entre las nubes en la Casa Articulada. En 2015 Ediciones Aguere coedita junto con Escritura entre las nubes su poemario Cuando te miro. En 2016 Escritura entre las nubes publica su novela juvenil Edad de rebeldía. En diciembre de 2017 ve la luz su segundo poemario, Dime que sí.

Lucía Gopal es el seudónimo de Desi Hernández. Natural de Santa Cruz, participa desde septiembre de 2017 en el taller literario de Escritura entre las nubes en la Casa Articulada. «Te espero en Engraulius» es su primer relato publicado.

Escribir para
Luz Elba Reyes García ha sido siempre un gesto que le permite reflexionar sobre algún recuerdo vivido, que de vez en cuando relee y corrige. Desde adolescente, escribe poemas o dedicatorias a personas importantes en su vida.

Maite Pérez-Lozao Macías nació en 1962 en Avilés, Asturias. Licenciada en Geología por la Universidad de Oviedo en 1986 y doctora en Educación por la Universidad de La Laguna en 2017. Es profesora de Secundaria, en la especialidad de Biología y Geología desde 1992. Actualmente, ejerce como profesora en el IES Teobaldo Power donde ha obtenido su plaza definitiva.

María de la Santa Cruz y Salamanca participa desde 2016 en el taller literario de Escritura entre las nubes en la Casa Articulada. «El sobre y la serpiente» es su primer relato publicado.

Marta Diez participa desde diciembre 2017 en el taller literario de Escritura entre las nubes en la Casa Articulada. «En coma» es su primer relato publicado.

Mercedes Méndez Fuentes es tacorontera. Nacida en octubre de 1961, por lo tanto en una generación afortunada que lo estrenó casi todo. Profesora de Inglés en secundaria. Comprometida con causas justas y socialmente activa. Militancia sindical y política ahora relegada a lo social para tener más tiempo de tomar el camino de la creatividad. En espera de convertirse en una jubilada escritora.

Nieves Rodríguez Rivero atraída desde siempre por el espacio compartido entre el autor y su obra, consigue, en esta firma colectiva de estas Nubes de relatos, ver realizado su sueño. Participó con tres relatos en la trilogía Somos Solidarios, publicada gracias a la iniciativa de Elena Morales. Su poema «Mares de Lesbos» fue incluido en el volumen Selección Poesía Erótica. Canarias 2014. Asimismo fue seleccionada para participar en el volumen recopilatorio del concurso literario de relato breve Parkinson Astorga e igualmente participó con una narración en el libro Perdonen que no me calle, en el que 62 autoras canarias denuncian la violencia contra las mujeres.

Rosario Rodríguez González, natural del municipio de Breña Alta, isla de La Palma. Diplomada en Trabajo Social y licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración. Desde hace treinta y siete años desarrolla su actuación profesional en el ámbito de los Servicios Sociales. Ha colaborado con diversas ONG. Actualmente es voluntaria de la Asociación Protectora de Animales SIRIUS. La eclusión no se limita a las personas. Como alumna del taller de escritura, manifiesta haber aprendido que la realidad tiene mil caras, que pueden ser descritas de millones de maneras.