El volumen
se presenta el 28 de noviembre en Pinto (Madrid)
La obra ha visto la luz en la editorial canaria Escritura entre las nubes
Manuela
Jiménez reflexiona sobre la invención literaria, su proceso y su culminación en
su nueva novela: Una casa en la colina. El volumen, que acaba de ver la
luz en Escritura entre las nubes, se presentará este jueves 28 de noviembre, a
las 20:00 horas, en Tan A Gustito (avenida Antonio López, 11), en Pinto
(Madrid).
Amores prohibidos, tumultuosos, adúlteros y concupiscentes; niebla espesa que
aparece y desaparece; una ficción dentro de otra ficción; tintes legendarios;
realidades paralelas; azar; sorpresas y casualidades. Con estos ingredientes, y
muchos otros recursos —monólogos interiores, jugosos diálogos, minuciosas
descripciones…—, Manuela Jiménez Parrondo ha construido una novela redonda,
rotunda, entretenida, llena de intriga y humor.
El protagonista de esta historia, Samuel, es un famoso escritor que, tras recibir un importante premio literario, se queda sin ideas. Trata de redactar una nueva novela sin mucho entusiasmo. Su nuevo personaje, como él, es un escritor sin inspiración que huye a un pueblo perdido. Samuel decide imitarle.
Desde este momento, las certidumbres desaparecen y la línea que separa la ficción de la realidad se difumina. La única certeza, en apariencia, es la existencia de una casa que se alza sobre la solitaria colina. De ella se dice que por las noches se escuchan obscenos quejidos cuando deja de soplar el molesto viento del sudeste. Samuel y su personaje se empeñan en que tienen que escribir en esa casa.
En ese punto, Manuela Jiménez rinde un sutil homenaje al escritor del siglo XIX William Collins y su Otro Yo y reflexiona sobre la invención literaria, su proceso y culminación. Los personajes, la intriga y las casualidades que destilan estas páginas atrapan hasta el final.
El protagonista de esta historia, Samuel, es un famoso escritor que, tras recibir un importante premio literario, se queda sin ideas. Trata de redactar una nueva novela sin mucho entusiasmo. Su nuevo personaje, como él, es un escritor sin inspiración que huye a un pueblo perdido. Samuel decide imitarle.
Desde este momento, las certidumbres desaparecen y la línea que separa la ficción de la realidad se difumina. La única certeza, en apariencia, es la existencia de una casa que se alza sobre la solitaria colina. De ella se dice que por las noches se escuchan obscenos quejidos cuando deja de soplar el molesto viento del sudeste. Samuel y su personaje se empeñan en que tienen que escribir en esa casa.
En ese punto, Manuela Jiménez rinde un sutil homenaje al escritor del siglo XIX William Collins y su Otro Yo y reflexiona sobre la invención literaria, su proceso y culminación. Los personajes, la intriga y las casualidades que destilan estas páginas atrapan hasta el final.
Trayectoria
de la autora
Manuela Jiménez Parrondo nació en Madrid. Es licenciada en Historia del Arte y ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y comprender el arte románico, a través de multitud de viajes por la península Ibérica. Ha escrito textos para catálogos de exposiciones artísticas y ha trabajado en agencias de publicidad como redactora y desempeñando, también, tareas de administración y dirección. Participó con tres microrrelatos en la trilogía Somos solidarios (Minitextos comprometidos, Minitextos para sonreír y Minitextos de amor y lujuria). Ha publicado las novelas Seres incompletos (2005), La mirada del basilisco (2007), El guardián de las ménsulas (2008) y ¿Qué pasó con Eduardo G.? (2012). En Escritura entre las nubes ha publicado La jarra de plata (2015), La echadora de cartas (septiembre de 2017) y Una casa en la colina (octubre de 2019).
Manuela Jiménez Parrondo nació en Madrid. Es licenciada en Historia del Arte y ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y comprender el arte románico, a través de multitud de viajes por la península Ibérica. Ha escrito textos para catálogos de exposiciones artísticas y ha trabajado en agencias de publicidad como redactora y desempeñando, también, tareas de administración y dirección. Participó con tres microrrelatos en la trilogía Somos solidarios (Minitextos comprometidos, Minitextos para sonreír y Minitextos de amor y lujuria). Ha publicado las novelas Seres incompletos (2005), La mirada del basilisco (2007), El guardián de las ménsulas (2008) y ¿Qué pasó con Eduardo G.? (2012). En Escritura entre las nubes ha publicado La jarra de plata (2015), La echadora de cartas (septiembre de 2017) y Una casa en la colina (octubre de 2019).